Otro beneficio de la impresión digital es que permite la impresión a pedido bajo un tiempo de respuesta corto e incluso una modificación de la imagen para cada impresión, también el ahorro de mano de obra. Incluso la capacidad cada vez mayor de las prensas digitales ha llevado a la impresión digital al punto en el que puede igualar o reemplazar la capacidad de la tecnología de impresión offset para generar tiradas más grandes de varios miles de hojas a un precio más económico.
La mayor diferencia entre la impresión digital y los métodos convencionales como la litografía y la flexografía es que en la impresión digital no hay necesidad de reemplazar placas, mientras que en la impresión analógica las placas se reemplazan repetidamente, lo que implica un tiempo de respuesta más rápido y menos costoso al tomar como opción la impresión digital. Los métodos más comunes incluyen impresoras de inyección de tinta o láser que depositan pigmentos o tóner en una amplia variedad de sustratos incluyendo papel, papel fotográfico, lienzo, vidrio, metal, mármol y otras sustancias.
En la mayoría de los procesos, la tinta o tóner no permea el sustrato, al igual que la tinta convencional, sino que más bien forma una capa delgada sobre la superficie que se puede adherir adicionalmente al sustrato usando un fluido fusor con proceso térmico (tóner) o UV Proceso de curado (tinta).
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